¿Qué hacer si tu lomito o michi requiere primeros auxilios?

Como los humanos, las mascotas pueden llegar a sufrir accidentes o complicaciones de salud que pongan en riesgo su vida. Ante esas emergencias, como dueños se debe contar con la información adecuada que permita brindarles ayuda, pero sin que existan mayores daños, tanto para el animal como para las personas.

La doctora Ylenia del Carmen Márquez Peña, del Hospital Veterinario de Especialidades de la Facultad de Medicina Veterinaria y Zootecnia de la UNAM, explica cuáles son los puntos a tener en cuenta antes de dar primeros auxilios a una mascota.

“Lo más importante ante una emergencia donde un animal se encuentra lesionado, por cualquiera de las causas, es primero evaluar el sitio y los riesgos potenciales y reales que representa para el animal, para personas que estén por ahí o para uno mismo”, comenta.

Una vez evaluados los riesgos debe darse aviso de la situación a un familiar, al veterinario o en condiciones que lo requieran a los servicios de urgencias como la Cruz Roja, policía o bomberos.

Situaciones que requieren atención médica urgente

Los perros pueden sufrir dos tipos de urgencias.

  1. Urgencias por traumatismo. Tienen que ver con accidentes en la vía pública, como:
  • Agresiones a causa de peleas entre perros o porque son agredidos por humanos.
  • Intoxicación.
  1. Urgencias médicas. Generalmente son secundarias a cuadros de enfermedad crónica.

En cuanto a los gatos, las más frecuentes son:

  • Caídas de alturas, debido a sus hábitos.
  • Lesiones graves por agresiones de otros animales, casi siempre perros.
  • Contraer enfermedades infecciosas virales por peleas con otros gatos.

Qué sí y qué no hacer en una emergencia de salud con una mascota

“Si presentan alguna lesión normalmente van a tener mucho miedo, estrés y dolor y pueden tornarse agresivos. Por lo que, en el caso de los perros, tendremos que colocar un bozal”, explica Ylenia Márquez y agrega que de no contar con uno puede elaborarse con un cordón resistente para evitar que el perro se zafe o lastime. El cordón se coloca alrededor en el hocico del perro para evitar que pueda morder, se ajusta sin demasiada fuerza para no lesionar al animal, se cruza por debajo de su hocico y se pasa por detrás de sus orejas para amarrarlo.

En cualquiera de los dos casos es importante no dejar sin supervisión al perro, ya que si se le dificulta respirar, vomita, presenta demasiado estrés o alteraciones del estado mental, deberá retirársele.

La doctora indica que en los casos de lesiones o fracturas “lo máximo que podemos hacer es cubrirlas con paños limpios para que no se sigan contaminando”.

Si se presenta asfixia por atragantamiento, se recomienda alejarse del paciente para no estresarlo más y ver si solito puede arrojar el objeto, pues tratar de sacarlo con la mano es peligroso porque puede incrementar el estrés y provocar una mordida.

“Las maniobras para tratar de desalojar cuerpos extraños de las vías respiratorias de los humanos no se ha probado que sean efectivas en animales (por su anatomía) y podemos correr riesgo de causar lesiones en órganos internos. A lo mucho, lo que podemos hacer es darle como golpes haciendo como una copita con la palma de la mano en su tórax para tratar de que con esa fuerza desalojen aquello que pueda estar obstruyendo”.

Los perros y gatos braquicéfalos, que tienen la cara chata, normalmente tienen algunas deficiencias anatómicas de conformación de sus vías respiratorias y pueden presentar riesgos de asfixia. A esos pacientes se les debe mantener bien ventilados y llevarlos rápidamente a servicios veterinarios.

Si las mascotas se intoxican y se desconoce qué fue lo que ingirieron, debe transportárseles con vidrios abajo, porque el animal puede estar exhalando los tóxicos o pueden estar impregnados en su pelo y desprendiendo gases tóxicos para las personas; de preferencia deben usarse guantes y no estar mucho tiempo en contacto cercano con ellos.

Es fundamental que una vez dados los primeros auxilios se traslade de forma inmediata y segura a las mascotas a servicios especializados de veterinaria. Para ello, a los gatos puede envolvérseles en una toalla o cobijita para que sus armas (garras y hocico) queden neutralizadas. Al levantarlos es importante que patas y cara estén de lado contrario a la persona que va a tomarlos.

El traslado puede realizarse en una jaula transportadora o en una caja de cartón, que les restrinja de forma segura el movimiento para evitar que se lastimen o que interfieran con las personas que los trasladan.

“Como dueños de animales de compañía, tenemos que entrenarlos. Que estén acostumbrados a meterse en una jaula transportadora y estén dentro tranquilos es muy importante en cualquier situación de emergencia. Si necesitamos transportarlos, el uso de la kennel es muy importante, que estén cómodos con usar correa o pechera facilita el manejo y reduce su estrés ante estos eventos”, concluye la doctora Ylenia.

Artículo publicado en Gaceta UNAM

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