Para un padre que ve a sus hijos los fines de semana, la llegada de diciembre no solo trae luces y posadas; trae también el rompecabezas más difícil del año: ¿Con quién pasan la Navidad?
Si no te andas con cuidado, la negociación con tu ex puede terminar pareciendo un debate político de alta tensión. Pero tranquilo, aquí te paso unos consejos para que el espíritu navideño no se muera antes de que lleguen los regalos y, sobre todo, para que tus hijos no sientan que están en medio de una batalla campal.
1. El calendario es tu mejor amigo (y el de ellos)
La incertidumbre genera ansiedad, tanto en los niños como en los adultos. No esperes al 20 de diciembre para preguntar qué va a pasar.
- Anticípate: Si puedes, deja el calendario listo desde noviembre.
- Alternancia clásica: Lo más común es «Nochebuena con uno, Año Nuevo con otro», y cambiar el orden el año siguiente.
- La regla de oro: Lo que decidan, anótenlo. Que no haya un «es que tú dijiste».
2. Prioriza la «Calidad» sobre la «Fecha»
A ver, Santa Claus y los Reyes Magos son mágicos, ¿no? Si te toca estar con ellos el 26 de diciembre en lugar del 24, ¡no pasa nada! Para un niño, lo importante es la celebración, no el número en el calendario.
Tip de oro: Si te toca el recalentado, haz que sea tu propia Navidad. Pon el árbol, cocina algo rico y mantén la magia. Los niños son felices teniendo "dos Navidades" si tú no lo haces ver como un consuelo.
3. La logística: Menos es más
A veces, en el afán de que los niños vean a todos (abuelos, tíos, primos de ambos lados), los traemos como pelotas de ping-pong por toda la ciudad.
- Evita las entregas a media noche: A nadie le gusta despertar a un niño dormido para subirlo a un coche frío.
- Flexibilidad inteligente: Si tu ex tiene una tradición familiar súper importante el 25 y a ti te da un poco igual, cede. Probablemente, en el futuro, tú necesites ese mismo favor.
4. El «Itacate» emocional: El intercambio
La entrega de los hijos en estas fechas es el momento más crítico.
- Sin caras largas: Aunque por dentro te mueras de ganas de estar con ellos, despídelos con una sonrisa. Diles: «¡Diviértete mucho con mamá/papá, te veo en unos días!».
- Cero interrogatorios: Cuando regresen, no preguntes «¿Y qué te dio el otro?». Deja que ellos te cuenten lo que quieran.
5. Crea tus propias tradiciones «de fin de semana»
Ser un papá de fin de semana significa que tienes la oportunidad de inventar tradiciones únicas. Tal vez tu Navidad con ellos no es una cena formal, sino una mañana de cine en pijamas, una salida a ver las luces de la ciudad o un torneo de videojuegos.
Esas son las cosas que recordarán cuando crezcan, no si pasaron exactamente las 12 de la noche contigo.
El mejor regalo es la paz
Al final del día, el regalo más grande que les puedes dar a tus hijos es que no tengan que elegir. Que puedan disfrutar de ambos padres sin sentir que están traicionando al otro.
Negociar el calendario no es ganar o perder territorio; es construir un ambiente donde tus hijos se sientan amados en dos casas diferentes.
Nos leemos el próximo domingo

Andrés Ugalde Rivas.- Soy padre de dos hijos, abogado, docente universitario, y constante cuestionador de la masculinidad actual. Amo a Sansón y Dalila mis perros, y me gusta el ciclismo y nadar.
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