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Ingeniería ZM: el aliado silencioso que necesita la ciudadanía para enfrentar los vicios ocultos en Mérida

ByRedacción

1 de junio de 2025

En una ciudad que crece a un ritmo acelerado como Mérida, la construcción se ha convertido en uno de los motores económicos más fuertes. Sin embargo, tras ese impulso también se esconden problemas que afectan directamente a quienes compran o habitan una vivienda: grietas que aparecen a los pocos meses, filtraciones en piscinas recién estrenadas, pisos que se despegan o incluso riesgos mayores en escuelas y edificios. Ante estas situaciones, la figura del perito especializado se vuelve indispensable para proteger a las y los ciudadanos. Ese es el terreno donde trabaja José Zubieta, ingeniero civil con especialidad en urbanismo y actualmente estudiante de una maestría en estructuras, fundador de Ingeniería ZM.

Su labor, explica, consiste en realizar dictámenes de obra civil e infraestructura. En palabras más sencillas: “somos como médicos forenses”, dice, porque su trabajo inicia cuando algo falla. Desde una grieta aparentemente insignificante hasta defectos estructurales que comprometen la seguridad de las personas, él y su equipo identifican qué ocurrió, por qué ocurrió y quién es responsable. Este acompañamiento técnico se ha vuelto fundamental ante el boom inmobiliario que vive Yucatán, donde —según cuenta— la prisa, la falta de supervisión profesional y el ahorro desmedido en materiales son errores comunes que terminan en graves consecuencias.

Uno de los mayores problemas que observa José Zubieta es el acelerado crecimiento de la ciudad. “Mérida se está construyendo al vapor”, afirma.

Muchas inmobiliarias —que también fungen como constructoras— levantan viviendas y departamentos sin la supervisión adecuada ni estudios básicos como las mecánicas de suelo. En una ciudad asentada sobre roca caliza, donde la profundidad y consistencia del sustrato cambia entre el centro y las zonas periféricas, este descuido puede ser determinante. Construir sin conocer el suelo donde se cimenta una casa significa abrir la puerta a asentamientos, grietas y filtraciones.

Aunque Yucatán cuenta con legislación adecuada y reglamentos de desarrollo urbano muy claros, Zubieta señala que su correcto cumplimiento casi nunca se verifica. El estado creó la figura del Perito en Construcción Municipal (PCM), que debería supervisar obras y garantizar que se cumpla la normativa; sin embargo, en la práctica, la falta de vigilancia y de lectura técnica provoca que sean los albañiles quienes toman decisiones clave para la estructura, mientras ingenieros o arquitectos se mantienen al margen.

A este panorama se suma la escasez actual de mano de obra local, derivada del auge del Tren Maya. Al acostumbrarse a mejores salarios durante la construcción del megaproyecto, muchos trabajadores buscan remuneraciones más altas que la industria inmobiliaria no siempre está dispuesta a cubrir. Esto ha provocado la llegada de personal de otros estados, dispuesto a trabajar en turnos extendidos, incluyendo labores nocturnas. El contraste es notable: mientras algunas obras operan 24 horas para cumplir con inversionistas, en otras prima la falta de supervisión y la ejecución apresurada, lo que repercute directamente en la calidad final.

Los vicios ocultos no distinguen entre zonas ni niveles socioeconómicos. José recuerda casos de fraccionamientos de interés social donde las losas se comportan como “cascadas” durante las lluvias, así como desarrollos catalogados como premium donde se entregan escaleras inclinadas o acabados colocados sobre estructuras frágiles. La lógica es la misma: invertir poco en la base, pero dar la apariencia de lujo.

“Aquí el mal es construir con poco, pero que aparente mucho”, resume.

Mientras la estructura se debilita por falta de recubrimientos y juntas de expansión adecuadas, los acabados se encargan de ocultar temporalmente los problemas.

Su experiencia también ha revelado posturas preocupantes dentro de grandes constructoras. Durante una auditoría que realizó para Infonavit a una empresa nacional, recibió como respuesta que si de 10 mil casas al año mil salían mal, “no era una preocupación” para ellos. Sin embargo, José Zubieta insiste en que para una familia que pagará su vivienda durante décadas, sí lo es. Por eso recalca la importancia de contar con dictámenes profesionales que permitan sustentar reclamos legales y proteger el patrimonio de quienes adquieren una casa.

Además de evaluar daños, Ingeniería ZM acompaña a sus clientes desde el proyecto hasta la construcción final para evitar que los problemas aparezcan. Este acompañamiento es clave en un contexto donde muchos inversionistas construyen sin asesoría profesional, guiados únicamente por la posibilidad de duplicar su dinero. Comprar un terreno, construir sin estudios, vender rápido y dejar las consecuencias al comprador: ese es el modelo que Jesús intenta combatir desde su práctica.

El ingeniero también reconoce un cambio inevitable en la ciudad: la vivienda vertical. Mérida ya no tiene espacio para crecer horizontalmente y los departamentos serán cada vez más comunes. No obstante, advierte que solo funcionan si se realizan con estudios, normativas y técnicas correctas. En ese sentido, la combinación de acero, concreto y materiales pétreos —conocida como construcción mixta— es lo que prevalece hoy en edificios seguros. Lo preocupante no es el modelo vertical, sino que se deje crecer sin supervisión en zonas donde las reservas naturales podrían verse afectadas.

Con casi tres décadas viviendo en Yucatán y más de una dedicada a dictaminar obras, José Zubieta trabaja ahora en un libro titulado Los horrores de la construcción, donde recopila los casos más graves que ha encontrado. Mientras tanto, su labor diaria continúa centrada en la ciudadanía: “acompañamos al cliente desde su proyecto hasta su terminación”, afirma.

Su intención es sencilla, pero profunda: que las personas puedan habitar espacios seguros, bien construidos y sin engaños.

En un momento en el que Mérida vive transformaciones aceleradas, contar con especialistas que sí leen, investigan, supervisan y priorizan la ética profesional puede marcar la diferencia. Ingeniería ZM se posiciona así como un aliado indispensable para quienes buscan proteger su patrimonio y exigir construcciones seguras en la ciudad.

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