Papá de fin de semana nace para hablar en voz alta de algo que muchos hombres viven en silencio: cómo seguir siendo un padre presente cuando la vida se reorganiza en dos casas y el tiempo con los hijos se mide en fines de semana. Esta columna no es un manual perfecto ni una guía rígida; es un espacio honesto para acompañar a los papás que quieren hacerlo bien, aunque a veces el camino sea torpe, breve o lleno de dudas.
Aquí hablaremos de lo real: cómo conectar con tus hijos cuando llega el viernes, cómo equilibrar diversión y responsabilidades, cómo construir vínculos que no dependan de la cantidad de días juntos, y cómo navegar la co-paternidad sin perder de vista lo más importante: que tus hijos necesitan a su papá emocionalmente disponible, no a un superhéroe infalible.
Este será un punto de encuentro para reflexionar, aprender y compartir. Porque ser papá entre semanas complicadas y fines luminosos también es una forma válida —y valiosa— de paternidad. Bienvenidos caballeros y damas que nos quieran acompañar.
La separación
Como abogado, sé que la ley en más que la mayoría de los casos deja la custodia principal a la madre, y cuando la pareja de se separa, muchas veces el padre ya ha se ha ido de la casa antes de firmar el divorcio.
En mi caso dentro de todo, no hubo mayor problema, ya que el divorcio fue de mutuo acuerdo, y yo deje la casa, 2 meses antes de la firma del divorcio. Me fui un sábado por la mañana, acordé mi ex esposa que se llevaría a los niños para que no vieran mi partida.
Al día siguiente, desayunando en un café cercano a mi nueva casa, estaba pensando en cómo iba a reorganizar mi vida, y vi a una padre con su hija. Él no tenía idea de qué hacer con ella, y ella estaba metida en la pantalla de su tablet, no por chismoso, pero lo poco que oí de la conversación, me di cuenta que como ese padre, yo tampoco tenía una idea certera de quienes eran mis hijos, y entonces, si la separación de por si me había caído mal, ahora tenía otro motivo para sentirme peor.
La custodia
Acordamos que yo tendría a los niños todos los fines de semana, pasaría por ellos el viernes al salir de la escuela. Lo que implicó acordar con mi jefe, que trabajaría 4 horas más a la semana para poder tener libres las tardes de los viernes. También acorde con mi exesposa que las citas médicas y las compromisos de los niños, en fin de semana, yo me haría cargo.
Al ver este padre que no sabía qué hacer con su hija, no quería que me pasara lo mismo con los míos, quería ser un mejor padre, del que habían tenido. Ahora mis hijos se habían vuelto mi prioridad emocional además de económica.
Nos leemos el próximo domingo.

Andrés Ugalde Rivas.- Soy padre de dos hijos, abogado, docente universitario, y constante cuestionador de la masculinidad actual. Amo a Sansón y Dalila mis perros, y me gusta el ciclismo y nadar.

