Vie. Nov 28th, 2025

Este 25N levantan la voz para exigir reparación del daño a agresor

Hoy, Día de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer –25 de noviembre–, la música, cantautora, instrumentista y docente sociocomunitaria de la Península Maya, Daniela Romero, tomó posicionamiento al deslindarse de los colectivos Sak Bej y Narrativas desde la Mayanidad señalando que su miembro fundador, el fotoperiodista R.A.C.S. ha ejercido violencia de género y abuso de poder, dentro y fuera de espacios comunitarios.

«Las víctimas denunciamos acoso sexual, abuso de confianza, abuso de poder, grooming* a personas 20 años menor que él y, finalmente, transgresión emocional dentro del espacio de trabajo comunitario».

apuntó

Destacó que al recibir denuncias de este tipo, intentaron llevar a cabo un proceso acorde a protocolos de atención de primer contacto por violencias de género, pero siguiendo sus ideales antipunitivistas, antirracistas y anticarcelarios. Fue así que priorizaron la mediación directa con el agresor, brindándole toda la información recibida de las víctimas, junto con recomendaciones y pasos a seguir por la reparación del daño comunitario e individual para cada víctima, así como sugerencias para prevenir que situaciones de esta índole se repitieran dentro de estos espacios comunitarios.

Tras este proceso directo con el acusado, también iniciaron un protocolo con el colectivo Sak Bej para informar la situación; dándoles a conocer los procedimientos comunitarios que solicitan para que asuma la responsabilidad colectiva por la protección de sus espacios, así como la disponibilidad para acompañar a R.A.C.S. en el proceso de reparación, pero también la atención a su salud mental y física por alcoholismo.

Sin embargo, el colectivo no les creyó a las víctimas. Invalidaron las experiencias que les compartieron y, con ello, también aprovecharon para invalidar al movimiento feminista y, en general, demostraron falta de conciencia sobre la violencia de género.

«Después de una reunión de 3 horas, quedaron claros cuáles eran los posicionamientos y responsabilidades que, como colectivo que dice defender el territorio, debíamos tener para ser congruentes con nuestra ética de defensa de todos los territorios, empezando por los cuerpos de las mujeres».

En dicha reunión, uno de los acuerdos que señala la denunciante es que se pausaría la colaboración de R.A.C.S. por tiempo indefinido del colectivo, implicando también que realizaría reparación del daño, rendición de cuentas y un posicionamiento público.

Pero la recomendación de hacer pública la situación no fue aceptada por personas del colectivo, a pesar de que tenía el objetivo de brindar recomendaciones a otros espacios comunitarios para la prevención de la violencia de género.

Lamentó que, además de esto, el colectivo optó por tener una segunda reunión con R.A.C.S., misma a la que no acudió porque carear de nuevo a su agresor era una revictimización que eligió no enfrentar; en dicha reunión «pasaron por encima de los acuerdos que sostuvimos –durante la primera reunión– y, sobre todo, se tomaron decisiones que protegen al agresor y silencian las denuncias de las víctimas».

Asimismo, con Narrativas desde la Mayanidad solicitaron una reunión para establecer canales de comunicación y acuerdos, debido a que también allí coincidían en espacios con R.A.C.S.; pero la respuesta que recibieron de la coordinación fue que no le constaban las denuncias «ignorando que la problemática trascendía (de) lo individual al espacio de trabajo, transgrediendo a los únicos miembros sexodiversos de uno de los colectivos a los que financian hasta el día de hoy».

Mediante el posicionamiento, dio a conocer su salida de los colectivos mencionados:

"Renuncio a ser miembro de colectivos de artistas que, desde sus luchas identitarias, juegan con las narrativas de defensa del territorio, lucran con las luchas sociales, pero que finalmente, cuando toca el momento de aplicar estos saberes en contextos reales de violencia real, deciden no mirar y guardar silencio frente a las violencias, y darle la espalda a las víctimas. Me niego a formar parte de un movimiento cultural que dice estar defendiendo su territorio, pero que no tuvo el valor de romper los pactos patriarcales para acompañar a nuestra comunidad en el proceso de reparación frente a la violencia hacia los cuerpos de las mujeres y disidencias que hemos sido afectadas por Robin".

Finalmente, lamentó que incluso en la actualidad con toda la información existente, aún sea tan complejo tomar medidas de reparación de agresores, para permitir la reinserción digna y justa, pues considera que esto será posible únicamente cuando el agresor asuma su responsabilidad y, en este caso, no ha ocurrido.

«Que como comunidades atravesadas por la violencia decidamos hacerle frente a estas otras manifestaciones que esa misma violencia ha insertado en nosotrxs»

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