Lun. Oct 13th, 2025

Eder Noda Ramírez
CIR-Unidad Ciencias Sociales
UADY

Hace unos meses platiqué con unos arquitectos de desarrollos inmobiliarios y comentaron sobre la belleza arquitectónica que reflejaba la mampostería yucateca de las haciendas que en la actualidad son sitios abandonados o restaurados para fines hosteleros, anteriormente henequeneros. Resaltaron el auge de la demanda de materiales e insumos locales para las nuevas remodelaciones y proyectos de construcción de casas, hoteles boutique y restaurantes de lujo, inspirados en la mampostería tradicional de las haciendas yucatecas, lo que los hacía más costosos y más escasos. 

¿Cuáles eran estos materiales de revestimiento que resaltan la fachada de la construcción?, pregunté, y enfatizaron dos, la laja de la piedra caliza que mezclan con cemento blanco y la resina del árbol de Chukum (Havardia albicans) para lograr impermeabilidad, frescura y un estilo rústico.

No es un detalle menor que una madera sea revestimiento de una casa. Entonces me cuestioné ¿de dónde vienen estos conocimientos de mampostería de las haciendas o del hábitat en el territorio yucateco que son tan apreciados en la arquitectura contemporánea? y ¿cómo se regula la extracción de materiales naturales, provenientes de la selva peninsular ante una tendencia inmobiliaria y arquitectónica que se posiciona desde el privilegio y el lujo, sin pensar en los efectos de la devastación ecológica que pueda generar? 

En medio de la algarabía del boom inmobiliario que acontece en la ciudad de Mérida hace más de una década y que ha sido acompañada de un consorcio de inversiones en negocios extractivistas como el de la construcción y la hostelería, emerge un documental que pone al centro al árbol de Chukum, la madera que reviste el hábitat en el territorio yucateco y que está en riesgo por su sobre explotación inmobiliaria. 

Le’ Chukum, es un corto documental de distribución libre en YouTube (véase aquí), estrenado el 15 de abril frente al pueblo de Nunkiní, Campeche, quienes son sus co-protagonistas.

Este film también fue presentado en Tulum (MURECO, INAH), la UNAM en CDMX (facultad de arquitectura) y en el Festival de Arquitectura de Mérida (Sala Audiovisual del Olimpo) entre mayo y agosto, el cual pone de manifiesto el saber ancestral de los usos del árbol, utilizado para curtir pieles del ganado que era aprovechado para la alimentación del pueblo. El enfoque circular de los antiguos habitantes peninsulares, permitía no sólo una convivencia ecológica sostenible, sino una mejor adaptación a las condiciones ambientales del territorio.

El director del film, Aurelio Sánchez Suárez, profesor investigador del Centro de Investigaciones Regionales Dr. Hideyo Noguchi de la UADY quien también es co-productor junto a la organización Hijos del Ceibo, nos relata una historia ambiental sobre los vínculos comunitarios y ancestrales que ha tenido el Chukum con el ká’ax (monte) y los habitantes, desde su valor ecológico hasta su valor cultural y bioeconómico como lo es la curtiduría de piel por medio de un proceso artesanal, saberes transmitidos de generación en generación. 

Así como también, visibiliza la herencia de saberes, el documental denuncia la historia colonialista de explotación de los trabajadores mayas en las haciendas y la devastación ecológica que implica el incremento de la demanda de materiales usados por los pueblos originarios, ahora como insumos de lujo en viviendas desconectadas del entorno y conectadas al clasismo climático.

Se estima un consumo de 222,480 litros de Chukum tan solo por una empresa dedicada a su explotación, lo que equivale a una deforestación de 1,100 árboles como señala el documental. A lo anterior, debe agregarse la ausencia del reconocimiento no sólo cultural sino también de pertenencia intelectual de los procesos ancestrales en la producción de pieles y en la innovación biotecnológica de formas de habitar el territorio, la cual ha sido desplazada por la atención que captura la práctica arquitectónica que reproduce un extractivismo ecológico y un colonialismo urbano sin precedentes. 

En las presentaciones de Le’ Chukum, se ha hecho cine tsikbal que, en palabras del investigador, es un diálogo abierto desde la experiencia del espectador sobre el film, en el cual el público ha podido reflexionar que el acabado en Chukum no es una técnica sustentable dentro de la arquitectura contemporánea y que las escuelas de arquitectura permiten el extractivismo y epistemicidio de los saberes mayas al no investigar con mayor detenimiento estas temáticas. 


Sin duda, esta experiencia visual, provoca una reflexión sobre los vínculos y procesos de una especie arbórea que nos conecta con la armonía entre la naturaleza y las formas de habitar un territorio, donde la piel también es de madera.


*No contamos con los derechos de la fotografía de portada

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