Las intensas lluvias registradas en Yucatán en los últimos días han puesto en una situación difícil al refugio del Proyecto Santa María: el terreno permanece bajo unos 50 centímetros de agua, complicando las labores de cuidado y atención de los loros, pericos y guacamayas que ahí habitan.
A pesar del escenario, las aves se encuentran a salvo. Pierre Medina Arjona, director de la asociación civil, explicó que las voladeras recientemente construidas con mayor altura han permitido que los psitácidos solo observen desde arriba la inundación, sin que su bienestar esté en riesgo.
“Ahora vemos el beneficio de los módulos altos que hemos estado haciendo en el refugio”, señaló y destacó que los nuevos espacios han sido clave para enfrentar esta emergencia.
Sin embargo, el reto lo enfrentan principalmente los cuidadores del refugio, quienes deben desplazarse entre el agua para llevar alimento, vigilar y atender a las aves. La situación podría prolongarse durante varios días, hasta que el terreno logre filtrar la acumulación de agua.

El Proyecto Santa María funciona como una Unidad de Manejo Ambiental (UMA) dedicada a la conservación de psitácidos. En este espacio se rehabilitan loros, pericos y guacamayas que, posteriormente, son reincorporados a su hábitat natural.
La inundación actual pone de relieve no solo los efectos del clima extremo en la región, sino también la importancia de fortalecer y apoyar proyectos ciudadanos que, como este, trabajan en la protección de especies amenazadas

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