Los plásticos de un solo uso en los supermercados son uno de los principales retos medioambientales en México, especialmente, en los pasillos de mariscos, frutas y verduras, donde tienen presencia generalizada.
Salvador Castell, director de la organización civil Va por la Tierra, reconoció que si bien hay una creciente conciencia para el uso de menos plástico, las medidas que se adoptan en los supermercados todavía son mínimas.
Los minoristas se valen de plásticos para las envolturas de los granos, los recipientes de los productos de limpieza y las envolturas de los mariscos.
“La realidad es que la atención al problema de los plásticos en los supermercados es muy poca, pero al mismo tiempo se comprende que no existen estímulos fiscales para estas cadenas con el fin de que reduzcan la cantidad de plástico. Hay países como España donde hay multas por sobrepasar el límite de plásticos permitidos”, señaló.
A nivel federal no existe una ley general que prohíba los plásticos de un solo uso, y los esfuerzos han sido principalmente estatales con mayor énfasis en el uso de las bolsas que los compradores utilizan para acarrear los productos.
Actualmente, en 29 de las 32 entidades federativas, se prohíbe la entrega de bolsas, de acuerdo con el estudio Legislaciones estatales para los plásticos de un sólo uso en méxico: ¿Qué sectores están incluidos?, elaborado por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Castell detalló que no existen leyes que establezcan criterios uniformes para definir qué es un plástico biodegradable, lo cual sería un paso importante.
Aunque muchas personas acuden a los supermercados con bolsas reutilizables, Castell afirmó que aún hay mucho por hacer dentro de los propios establecimientos. Por ejemplo, propone fomentar la venta a granel de productos como frijol, arroz y semillas, así como promover que las y los consumidores lleven sus propios recipientes al área de mariscos.
“Se trata de todo un esfuerzo entre supermercados y sociedad porque las personas podrían llevar sus refractarios para colocar en ellos su mariscos, promoviendo así las buenas prácticas de consumo responsable”, añadió.
En noviembre de 2021, el Senado de la República aprobó un dictamen para reformar la Ley General para la Prevención y Gestión Integral de Residuos, para eliminar los plásticos de un solo uso hacia el 2025. Sin embargo, esta reforma aún no ha sido ratificada por la Cámara de Diputados.
En ausencia de una ley nacional, congresos estatales han legislado al respecto, esto ha formado un mosaico legal en el que casi todas las entidades tienen disposiciones para supermercados y comercios.
Cuando comenzaron a aplicarse las prohibiciones, muchos supermercados acataron la medida de no proporcionar bolsas plásticas gratuitamente; incluso algunos cobraron por bolsas compostables o incentivaron las bolsas reutilizables.
No obstante, se han observado retrocesos en ciertas zonas, especificó Castell, ya que la aplicación se ha vuelto más laxa y es cada vez más común ver bolsas plásticas de nuevo en circulación.
Plásticos en el área de mariscos, un reto mayor
Particularmente, resulta compleja la situación en la sección de pescados y mariscos de los supermercados, debido a que se trata de alimentos frescos que requieren condiciones sanitarias específicas.
“Tradicionalmente, en estas áreas se usan varios tipos de plástico; por ejemplo, bandejas de unicel con envoltura de película plástica para exhibir filetes, o bolsas plásticas transparentes para despachar pescado, camarón u otros mariscos a granel junto con hielo. Estos materiales han sido populares por su bajo costo, impermeabilidad y porque ayudan a contener líquidos y olores, manteniendo la higiene”, describió Castell.
La mayoría de las leyes anti-plástico eximen los empaques primarios de alimentos por razones sanitarias.
El especialista planteó alternativas viables: charolas fabricadas con bagazo de caña o fibra moldeada en vez de unicel para carne y pescado; o papel encerado o kraft con recubrimiento para porciones pequeñas y con bajo nivel de humedad.
En todo caso, insistió en que la mejor opción es que las personas lleven sus propios recipientes.
Hasta el momento no existe una norma mexicana que prohíba específicamente el uso de cierto tipo de plásticos en la sección de mariscos. Las restricciones son generales y aplican para productos como bolsas, popotes o unicel en todo el supermercado.
En cambio, las autoridades sanitarias regulan las condiciones de venta del pescado. Por ejemplo, la NOM-242-SSA1-2009 y la NOM-251-SSA1-2009, emitidas por la Secretaría de Salud, establecen prácticas de higiene para el manejo de productos pesqueros, aunque no dictan el tipo de empaque.
En el ámbito de cadenas de supermercados, Walmart de México anunció que para 2025 los empaques de sus marcas propias serán 100% reciclables, reutilizables o compostables, e incorporarán al menos un 20% de material reciclado postconsumo.
La urgencia de estos cambios es evidente y de acuerdo con la organización Greenpeace, en México se producen 7 millones de toneladas de plástico al año.
A nivel mundial, se estima que 13 millones de toneladas de basura plástica llegan a los océanos cada año, afectando a más de 700 especies marinas y causando severos daños ecológicos y económicos.
“Tal vez se deba regresar a las costumbres que se tienen desde años en comunidades; por ejemplo, aquí en Yucatán las personas usan su ‘sabucán’ (bolsa tipo morral) y llevan sus trastes a los mercados, así no usan nada de plásticos”, se preguntó Castell.
*Este artículo originalmente fue publicado en Causa Natura Media.
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