Las tarjetas de regalos a más de uno nos han salvado del olvido de comprar un presente o de no tener idea de qué regalarle a una persona, ya sea porque no la conocemos bien, o de plano porque no sabemos qué regalarle, pero en esta cortesía de nuestra además le estamos regalando a los proveedores de estas tarjetas nuestros datos personales y de las personas que reciben la tarjeta, y aquí te explicamos cómo es qué sucede esto.
El ciclo de la tarjeta de regalo
- Primero, al comprarla, los datos personales del comprador quedan vinculados al número de serie de la tarjeta.
- Segundo, se entrega a su destinatario.
- Tercero, el destinatario se deberá identificar ante la tienda para poder usarla (Netflix, Google, Amazon, etc.)
La tienda puede relacionar a ambas partes, pues sabe qué tarjeta ha comprado uno y qué tarjeta gasta el otro. La información que obtienen sobre nuestros círculos de amistades podría ser usada, por ejemplo, para campañas de publicidad u otros fines comerciales. Entonces, ¿no sería mejor que la tienda no conociera la relación entre esas dos personas?
Ahora ¿cómo tanto el comprador como el beneficiario pueden esconder su relación con la tienda? el secreto está en el pago en efectivo.
Cuando se paga con una tarjeta de crédito o débito queda el registro del número de esta junto al número de serie de la tarjeta regalo. De este modo, cuando el beneficiario se registra para usar la tarjeta regalo, su identidad queda vinculada a la del comprador. Por el contrario, pagar con efectivo no deja registro de la identidad del comprador de la tarjeta regalo, por lo que esta asociación no se puede realizar.
Pagar con efectivo estas tarjetas, permite proteger nuestros datos personales y la de nuestro círculo cercano, y que posteriormente no sea esta información utilizada para campañas publicitarias que puedan llegar a ser molestas, o fraudes.
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